NO CONTAR CALORIAS
Actualmente, muchas personas siguen escogiendo los alimentos
en función de sus calorías, independientemente de la calidad del alimento,
siendo en no pocas ocasiones ese numerito que va acompañado del acrónimo KCAL,
el responsable de decidir comer, o no comer, determinados alimentos.
¿Está justificada esta creencia?
Alimentos tan recomendables como el plátano, el aguacate,
los frutos secos o el salmón, son por muchos, clasificados como alimentos a
evitar por su mayor aporte calórico, ¿Tiene esta elección alguna lógica?
A través de esta nueva entrada, os quiero contar porqué es
importante dejar de fijarse en el aporte calórico de un alimento para decir que
“engorda”, es “bueno”, es “malo”… y en contraposición, aprender a dar
importancia a otros factores que sí son relevantes a la hora de practicar una
alimentación saludable y encontrar los beneficios que esta nos aporta.
Este discurso que veis en la imagen, es real, y lo he
escuchado en muchísimas ocasiones, tanto en conversaciones de adultos, como de
padres e hijos, y es esta última la que más me preocupa.
Los mensajes que transmitimos a los más pequeños, fácilmente
se integran en su sistema de creencias. Si estos no son coherentes con lo que
hoy sabemos sobre la alimentación saludable, estaremos construyendo en ellos
unas ideas erróneas que se verán reflejadas en sus conductas alimentarias.
Esta costumbre de dar el protagonismo a las calorías, tiene
su principal causa en el enfoque que se ha dado siempre a la pérdida de peso, y
que todos conoceréis como “Menos plato (o menos calorías) y más zapato (o más
gasto energético).
Sin embargo, hoy sabemos que esta visión no es la más
adecuada, ya que lo que ocurre dentro de nuestro cuerpo es demasiado complejo
como para que todo se resuma en calorías ingeridas vs calorías gastadas.
¿Por qué no es importante fijarnos en las calorías?
1. Porque las calorías, en función del alimento del que
procedan, serán asimiladas por nuestro cuerpo, de una forma diferente.
Cuanto más procesado está el alimento que comemos, menos
esfuerzos tendrá que emplear nuestro organismo para utilizar y aprovechar sus
nutrientes, y por tanto sus calorías.
Factores como la composición nutricional y su grado de
procesamiento, tienen mucha relación con este efecto.
Si ponemos de ejemplo a los frutos secos, que suelen ser uno
de los alimentos más demonizados por sus calorías, vemos como en la práctica,
al consumirlos, aprovechamos en torno a un 70-75% de sus calorías iniciales en
lugar del 100% como se podría llegar a creer.
Esto nos hace pensar que otros alimentos similares, también
muy ricos en nutrientes intrínsecos (aquellos que están de forma natural en el
alimento) y sin procesar (legumbres, semillas, frutas, verduras y hortalizas);
tendrán efectos similares.
Esto significa que las calorías que se supone que nos
aportan estos alimentos, no son las mismas que nosotros aprovechamos.¿Por qué?
No sabemos todas las razones, pero sí algunas.
Por una parte, los alimentos
anteriormente
mencionados, además de estar compuestos por un único ingrediente, no han sido
manipulados, y por lo tanto el organismo para utilizar sus nutrientes tiene que
trabajar mucho más (masticar, salivar, romper el alimento en el estómago,
digerirlo…) hasta conseguir metabolizarlo.
Esto supone un mayor gasto para nuestro organismo, que por
pequeño que sea, será mayor en comparación al que generan los productos
procesados.
Por otro lado, todos estos alimentos son ricos en fibra,
compuesto presente en los alimentos vegetales, que no digerimos, y cuya
presencia disminuye la absorción de algunos nutrientes, y por tanto de
calorías.
En resumen, es interesante que pensemos que los alimentos
que han sido muy procesados, contienen ingredientes muy sencillos: harinas
refinadas, grasas refinadas, azúcares simples…dando lugar a que el nivel de
aprovechamiento de sus nutrientes y calorías, pueda ser mayor.
Con esta explicación, pretendo que entendáis porqué a pesar
de que algunas marcas se empeñen en vendernos productos con la etiqueta “bajo
en calorías”, “solo 79 kcal”…en realidad no son buenas opciones ni para
controlar el peso, ni para nuestra salud.
Atendiendo a la siguiente imagen, vemos como estos dos
alimentos nos aportan las mismas kilocalorías, pero sin embargo, el efecto de
estas al consumirlas no será el mismo.
El primer alimento, es un kiwi, cuyo único ingrediente es
ese, kiwi, no hay más. La segunda imagen corresponde a una barrita special K,
que contiene más de 15 ingredientes en su composición (súper procesado), de los
cuales, la mayoría son azúcares sencillos (azúcar, fructosa, glucosa,
dextrosa…).
Teniendo en cuenta todos los factores anteriores, al ver la siguiente
imagen, me gustaría que te pararás a pensar, con cuál de los dos alimentos,
sabiendo que el primero, es rico en fibra, agua, azúcares intrínsecos,
vitaminas y minerales propios… nuestro organismo aprovechará un mayor
porcentaje de sus calorías.

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