NAVIDADES
Las navidades no deben ser sinónimo de descontrol alimentario. No te engañes con buenos propósitos para cuando finalicen, porque ya sabes lo que cuesta después perder esos kilos de más.
A los que ya habéis decidido perder peso hay que mantener los hábitos que hemos ido adquiriendo, podemos ser más flexibles en las exigencias pero en ningún caso abandonarlas.
A los que ya habéis decidido perder peso hay que mantener los hábitos que hemos ido adquiriendo, podemos ser más flexibles en las exigencias pero en ningún caso abandonarlas.
Recordad el esfuerzo que está suponiendo alcanzar el peso saludable para no cometer excesos que nos hagan recuperar los kilos perdidos. Lo idóneo es seguir perdiendo peso durante tus vacaciones (a otro ritmo y con retos quizás menos exigentes en deporte y alimentación) o al menos no poner peso.
Algunas recomendaciones para que tengáis en cuenta durante las vacaciones.
Tomar la iniciativa a la hora de proponer actividades de ocio que no consistan exclusivamente en salir a comer. Por ejemplo, organizar una ruta de belenes o un paseo para ver la decoración de las calles.
Si se es el organizador de la comida o cena, proponer variedad de alimentos. Ser creativos a la hora de cocinar para los demás. Combinar platos saludables, ricos en verduras, con otros más tradicionales, hacer partícipes a los demás de que se puede comer rico y sano a la vez.
Evitar las reuniones familiares que con frecuencia se organizan para “terminar lo que ha sobrado de la comida/cena de Navidad”. Podemos incorporarnos a esa reunión a la hora del café.
Limitar el consumo de dulces navideños a los días señalados, y evitar exceso de cantidad. Recordar que el consumismo tan criticado de estas fechas también incluye a la alimentación. Comprarlos con moderación, que no estemos en Semana Santa terminando los polvorones.
Y por supuesto, antes de acudir a alguna celebración navideña sigue los siguientes consejos:
Ingerir un alimento bajo en calorías como una pieza de fruta, con ello evitamos llegar hambrientos y caer en la tentación de tomar aperitivos antes de la comida.
Si los comensales piden raciones, debes coger un plato y servirte de las raciones de forma moderada. De la otra manera se picotea constantemente y se pierde el control de la cantidad ingerida.
Si vamos a tomar alguna copa de vino o algún refresco, debemos beber agua antes para no llegar sedientos y de este modo poder saborear las bebidas en vez de matar la sed con ellas.
Tampoco el pan se libra, no probarlo antes de que llegue el primer plato.
Rechazar repetir cualquier plato, recuerde que las cantidades de alimentos deben ser moderadas.

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